La crispación
Finalmente se estrena la esperadísima Relatos salvajes, tras esa postergación de una semana que no hizo
más que alimentar la ansiedad y las expectativas en el público. Gran aparato
promocional de un film que, de antemano, parecía que encastraba todas las
piezas en su lugar, al reunir un reparto de ensueño, un tráiler potente y una
serie de historias sugerentes. Todo bajo la manga de Damián Szifrón, una de esas mentes brillantes a la hora del
desarrollo y de la creatividad. Un director minucioso y con un amplio abanico
de conocimientos, algo que se percibe cada vez que nos topamos con una
producción suya. El creador de la inolvidable serie Los Simuladores construye una película feroz, osada, violenta y
desfachatada. Una propuesta brava que además sale airosa por su admirable
riqueza técnica.
En Relatos salvajes algo
está por explotar. Todo el tiempo. Es una bomba a punto de ser detonada, con
las consecuencias extremas que ello puede llegar a ocasionar. Seis episodios distintos
que encuentran en común la locura, el desparpajo y el desorden de sus
personajes ante situaciones que los desbordan. Ya no sirve tomar aire y contar
hasta diez, los problemas y conflictos en los que se ven envueltas las figuras
que componen cada mini historia superan su tolerancia, abriendo paso a que
esparzan y desparramen de su interior los comportamientos y las acciones más
bestiales.
El director de Tiempo de
Valientes ha demostrado ser sumamente hábil a la hora de destilar humor en
las secuencias de sus creaciones. Con un estilo muy particular, la socarronería
está a la orden del día en los relatos que nos exhibe. Una comedia negrísima,
disfrutable, que incursiona casi constantemente en la sátira, en algunos
delirios y hasta en el absurdo (especialmente en el capítulo que inicia la
cinta) de un modo en el que el espectador se pueda sentir a gusto e incluso
cómplice en determinadas circunstancias.
Es cierto que existen episodios que tienen mayor vigor y poder de
enlace que otros. Si bien en líneas generales cada uno tiene lo suyo y son
bastante parejos en cuanto al espectáculo que brindan, es factible que el que
le toca protagonizar a Érica Rivas,
si bien no está nada mal concebido, no posea la misma energía que los demás a
causa de un estiramiento de minutos al momento de darle un cierre.
Relatos salvajes es atroz. Su reparto cumple con creces; da gusto ver a Ricardo Darín, Darío Grandinetti, Rita
Cortese, Oscar Martínez y Leonardo Sbaraglia, entre otros, en una obra
cinematográfica. Szifrón maneja la
cámara con holgura y también los silencios de una forma exquisita para generar
rigidez en cada historia. En oportunidades la tensión es tan prominente que da
lugar a que cualquier cosa pueda suceder, inquietando en escalas crecientes al
observador.
Un film que conecta desde el arranque, que contiene una crítica social
(siempre con su peculiar tono) y que no escatima a la hora de exponer
mordazmente la corrupción. Imperdible.
LO MEJOR: la sátira, las situaciones extremas de cada historia. Las actuaciones.
Muy bien realizada. Bestial, salvaje, osada, entretenida. De tan tensa se
vuelve impredecible.
LO PEOR: el último episodio. Si bien es bueno no se equipara con los
anteriores.
PUNTAJE: 9