viernes, 14 de enero de 2022

Scream (2022) - Crítica



Esta quinta entrega de 'Scream' ya nos avisa desde su comienzo que los guiños a varios momentos de la saga estarán a la orden del día. Y es así que todo inicia con una joven atendiendo una llamada de un número desconocido mientras está sola en una casa por la noche. Del otro lado, una voz que cada segundo se va poniendo más aterradora, producto del juego de preguntas al que somete a quien pareciera ser su próxima víctima, como ocurría con Drew Barrymore en aquella cinta que abría el telón allá por el año 1996.

¿Se puede crear una atmósfera similar a la que supo cautivar al público con las proyecciones dirigidas por Wes Craven? Esa era la tarea más difícil, de antemano, con la que los realizadores de este film se topaban. Afortunadamente (y más allá de algunas situaciones algo sosas y cuestionables en cuanto al guion), las cosas funcionan con un clima que nos recuerda a los buenos momentos de las mejores partes de la franquicia.


En este entretenimiento garantizado de principio a fin, hay sangre a chorros con muertes sumamente explícitas, menciones y referencias a películas de terror (marca registrada de la casa 'Scream'), y también un tono burlón que permite jugar con todo lo que rodea al cine del género, con sus fanáticos empedernidos incluidos.

El suspenso, los personajes míticos que aparecen (que tanta nostalgia aportan) y los saltos funcionan de gran forma, con casi la misma frescura que la que supimos percibir antiguamente.

En este quinto capítulo de 'Scream', los propios personajes parecieran advertirnos que tampoco nos tomemos tan en serio lo que vayamos viendo, y eso termina añadiéndole todavía una pizca más de disfrute a ese buen sabor de boca que deja esta sorpresiva entrega.

 

Lo Mejor: que mantiene la esencia de la franquicia, con el mismo nivel de frescura.

 Lo Peor: algunas pequeñeces cuestionables de guion.

 Puntaje: 8 Alancitos Ghostfaces sobre 10

  

lunes, 29 de noviembre de 2021

El perro que no calla - Crítica


 

Ana Katz presenta una obra que mezcla drama y comedia, con un ritmo tranquilo pero ameno, con situaciones que van desde lo más naturales posibles hasta virar hacia lo impensado o inesperado. Y en ese despliegue que también comprende lo visual (hay además un trabajo poético y artesanal en el uso de imágenes como transición en instancias particulares), la realizadora acierta, al crear un clima que provoca sensaciones diversas en el espectador.

'El perro que no calla' habla, esencialmente, de la vida misma, de sus vaivenes y de cómo todo puede cambiar de un momento a otro. Y para ello se vale tan solo de 73 minutos en los que la soledad, las costumbres, los silencios, las miradas que parecieran decir mucho y las crisis existenciales y/o búsquedas de identidad se muestran con una claridad tal que no necesitan explicaciones.





Daniel Katz compone a la perfección a Sebastián, un muchacho de pocas palabras que deambula con una extraña tranquilidad, pese a que vaya topándose con obstáculos en su camino y avance a trompicones, tratando de adaptarse a distintas realidades.

La directora nos enseña el paso del tiempo de una forma sutil y según los looks que acompañan a nuestro protagonista en cada etapa.

Más allá de lo angustiante de algunas escenas, la historia logra que lo melancólico se entremezcle con un estilo de humor irónico, sencillo pero inteligente, que consigue sacar unas cuantas sonrisas.

'El perro que no calla' simplemente fluye, mientras la sentida y sugerente música a cargo de Nicolás Villamil coopera con lo que Ana Katz exhibe en pantalla, permitiendo que uno siga procesando pequeños y valiosos detalles, incluso a largos ratos de haber terminado el film.


Lo Mejor: el modo elegido para narrar los acontecimientos. La combinación de drama con tonos de comedia.

Lo Peor: algunas intermitencias en determinados pasajes.

Puntaje: 8 Alancitos Deambulantes sobre 10

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Last Night In Soho - Crítica

 


Edgar Wright presenta la que seguramente sea su película más madura, dando un salto hacia un thriller oscuro, pero la madurez a veces no suele ir de la mano de la eficiencia, y he aquí uno de los problemas principales de ‘Last Night In Soho’, donde el guion contiene unas cuantas cuestiones que no terminan de cerrar.

Thomasin McKenzie cumple y convence en su rol de aspirante a diseñadora de moda. Se trata de una joven algo tímida, antisocial e inocentemente soñadora. En Londres, descubre que la vida no es tan benévola, topándose con compañeras que se burlan de ella (algo muy visto en el cine, pero que el director explota con buena mano) y descubriendo cada noche, cuando se acuesta, un mundo artístico que esconde un misterio bastante peculiar.

Cuando el film sale de los lugares comunes, se vuelve algo repetitivo y denso. En cada instancia en que Wright ahonda en lo onírico (que es lo que tiene mayor relevancia en el relato para ir entendiendo lo que sucede), el asunto abruma y agota, porque si bien es, en parte, un deleite visual y sonoro, apabulla y no en el mejor de los sentidos.




A Anya Taylor-Joy le basta con su magnética presencia para consolidar una más que interesante actuación, mientras que cada aparición de Terence Stamp (acertada su elección) le aporta el costado enigmático y sombrío a la historia.

Hacia el final y tras un sinfín de secuencias en las que los sueños se entremezclan con la realidad, llegan unas resoluciones cuestionables y, sobre todo, apresuradas en su ejecución, que acaban dejando un sabor amargo por el tratamiento escogido para presentarlas en pantalla.

Lo Mejor: las actuaciones de McKenzie, Taylor-Joy y Stamp. La estética y el apartado sonoro del film.

Lo Peor: el guion y sus flaquezas. Lo repetitivo del relato. De difícil enganche.

Puntaje: 4 Alancitos Diseñadores de Moda sobre 10

jueves, 18 de noviembre de 2021

The Trip - Crítica

 


La obra de Tommy Wirkola es una suerte de comedia negra que va mutando hacia un thriller desquiciado, desenfrenado, en el que los amantes del gore estarán agradecidos por el nivel de violencia que se exhibe desde la segunda mitad de la historia hasta el final.

La siempre convincente Noomi Rapace en dupla con Aksel Hennie, conformando un matrimonio deteriorado y con dificultades económicas. La pareja decide escaparse unos días a una cabaña, siendo allí donde cada cual va mostrando su lado más salvaje para con el otro.

‘The Trip’ (‘I onde dager’) empieza con un rumbo incierto, no se sabe muy bien si con lo poco que se nos enseña, puede llegar a haber tela para cortar durante sus casi dos horas de metraje. Pero tras la aparición de nuevos personajes, el factor sorpresa adquiere una forma significativa que permite que el espectador no sepa hacia dónde puede virar el asunto.




Existe un muy buen uso de los flashbacks, sobre todo por la dinámica con la que el director los plasma, acompañados de un soundtrack bastante rabioso que hace que cada secuencia no pierda fuerza ni aburra, siendo este uno de los recursos que mejor se explota en la cinta noruega.

‘The Trip’ pareciera contener dos películas en una, y es allí donde probablemente encuentre su falla principal: lo que en su inicio parece atrapante, inclusive en la transición al apartado que involucra al thriller y a la acción, va perdiendo fuerza al abusar de situaciones en las que el suspenso termina acabándose siempre de la misma manera, con algún elemento que emerge de la nada misma para cortar con la tensión de un tirón.

En este festival de sangre a chorros, la bestialidad está a la orden del día y resulta ser el plato principal de la proyección distribuida por Netflix, asegurando un buen rato de entretenimiento pero sin trascender ni pasar a mayores dentro de su género.

Lo Mejor: dinámica, ágil, salvaje y con buenas actuaciones de todos los participantes. El soundtrack.

Lo Peor: termina haciéndose previsible en cada situación de suspenso. Se extiende más de lo necesario.

Puntaje: 6 Alancitos Sanguinarios sobre 10

martes, 2 de noviembre de 2021

Lamb - Crítica

 


No es nada fácil calificar y clasificar a ‘Lamb’, ópera prima de Valdimar Jóhansson y una de esas proyecciones a las que se las suele catalogar como “festivaleras”.

Película prácticamente silente, en donde si uno logra soportar los primeros cuarenta minutos, puede que luego se enfoque con mayor atención en todo lo que acontece desde la mitad de la historia hasta el extrañísimo desenlace.

Todo parte del descubrimiento de un misterioso recién nacido, que irrumpe en la vida de una pareja sin niños, trayendo alegría pero también algo sumamente extravagante en lo que es mejor no ahondar para revelar información. Mejor dejarse llevar sin pensar demasiado.



A Noomi Rapace le alcanzan y le sobran sus miradas, sus expresiones y su presencia. La artista sueca es quien se carga la cinta al hombro, a pesar de unas tomas larguísimas en las que no sucede demasiado (probablemente forme parte del director para enseñarnos la tranquilidad con la que viven los protagonistas en ese desolado y bellísimo paisaje islandés).

Un drama que juega mucho con la insinuación, recurso que por momentos funciona, tensiona y a la vez angustia, aunque en ocasiones satura y aburre.

Una atmósfera macabra, bizarra y con destellos terroríficos, capaz de provocar y perturbar al espectador.

Podría haberse resumido todo en mucho menos tiempo y he aquí, con todo el material de relleno, que ‘Lamb’ no termina de convencer.

Lo Mejor: las actuaciones, principalmente de Noomi Rapace. La incomodidad de algunos pasajes y el apartado técnico.

Lo Peor: tarda bastante en arrancar. Se extiende en demasía para lo que narra.

Puntaje: 4,8 Alancitos Granjeros sobre 10

 

miércoles, 22 de septiembre de 2021

The Guilty - Crítica

 


La película dirigida por Antoine Fuqua resulta prácticamente un calco de la original danesa (‘Den skyldige’), salvando las distancias en cuanto a la dinámica con la que se presentan los acontecimientos.

Esta remake resulta más ágil (fiel al estilo de este tipo de producciones norteamericanas) pero quizá menos fría (cuestión que suele ser propia del cine nórdico) o menos “seria” en sus formas, algo que la cinta concebida en Dinamarca manejaba con mucha sobriedad y más pausadamente.

Thriller que trata sobre un operador en un centro del 911 que, enfrentando sus demonios y fantasmas del pasado, recibe una llamada de una mujer aterrada que parece haber sido secuestrada. La temática nos recuerda a ‘The Call’, de Brad Anderson, pero con una exhibición distinta en pantalla, teniendo en cuenta que aquí, en ‘The Guilty’, todo ocurre en un solo escenario.




¿Hubiese funcionado esta obra sin un actor de la talla de Jake Gyllenhaal? El protagonista de ‘Enemy’ nos vuelve a regalar una brillante interpretación, expresiva, con matices y termina resultando el gancho o el aliciente principal de este relato que, probablemente, de haber contado con otra figura central no hubiera llamado la atención de los espectadores.

Es factible que el giro perturbador de la historia produzca un impacto bastante menor que en el film dinamarqués (quizá por estar trabajado de peor forma o tal vez porque uno ya sabe con lo que se va a topar), pero si se analiza a ‘The Guilty’ no como remake de ‘Den skyldige’ (para no caer en comparaciones) y sí como mero entretenimiento, cumple con su cometido, con creces, aunque sin trascender.

Lo Mejor: la potente labor de Gyllenhaal con la cámara encima todo el metraje, con un nivel expresivo sublime.

Lo Peor: cuestiones trabajadas de forma menos seria que la cinta original.

Puntaje: 7,5 Alancitos Atormentados sobre 10

 

lunes, 20 de septiembre de 2021

The Card Counter - Crítica

 


La Linda (Tiffany Haddish) le comenta a Cirk (Tye Sheridan) que William Tell le parece bastante misterioso. Y precisamente así es el personaje que compone Oscar Isaac como un exmilitar convertido en jugador de póker: el guatemalteco nos regala una interpretación magnífica de un tipo atormentado, pensante e indescifrable al que no podemos quitarle la mirada de encima por su magnética presencia en pantalla.

Paul Schrader dirige con maestría al presentar unos planos tan cuidadosos como extraños, bañando a las escenas con una banda sonora grave, abrumadora (que no siempre funciona al mismo nivel) y cautivadora. Los sonidos, punzantes, impresionan a la par que no se condicen (en muchos tramos) con las imágenes que se exhiben, desconcertando y provocando sensaciones variadas.



Algo en William se rompe cuando conoce al jovencito Cirk, quien busca ayuda en un plan de venganza. ¿Qué hay detrás de nuestro protagonista y qué esconde de su pasado?

‘The Card Counter’ resulta apabullante para los sentidos por su estética. Se trata de una historia de expiación que abarca cuestiones morales y que se las rebusca para sorprender, manteniendo una atmósfera turbia con un ritmo pausado y prolijo.

Es cierto que el relato cae en una suerte de planicie, hacia la mitad, en la que todo pareciera no tener un rumbo certero, pero Schrader se las ingenia para remontar las cosas con algunas vueltas de tuerca que permiten sacar el film el flote, dejando un buen sabor, con un desenlace inquietante y oscuro.

Lo Mejor: las interpretaciones, principalmente la de Oscar Isaac, que deslumbra con su presencia. La oscuridad que le imprime el director, la estética y la banda sonora.

Lo Peor: ciertos pasajes algo densos, en los que la historia se “plancha” un poco.

Puntaje: 8 Alancitos Jugadores de Cartas sobre 10