Un trío cada vez más torpe
Horrible
Bosses 2 constituye la secuela de la rendidora cinta del año
2011. En aquel entonces, Seth Gordon estuvo
a cargo de la dirección bañando a las situaciones de chabacanería, buen ritmo y
algunas variaciones humorísticas desopilantes. La entrega actual, si bien no
tiene la misma frescura que su predecesora y más allá de que el director haya
cambiado (Sean Anders es quien
tomó el mando ahora), acaba redondeando una performance favorable conservando,
en líneas generales, el espíritu de la proyección que abrió el telón.
La pregunta que surge con
frecuencia cada vez que se anuncia una segunda parte de cualquier film que haya
dejado un agradable sabor en el observador tiene que ver con la necesidad real
de embarcarse en un nuevo lanzamiento. ¿Era necesaria una secuela de Horrible Bosses? ¿No hubiese sido mejor
dejar todo como estaba? El desafío está dado en la impronta y en la inventiva
que se puedan derivar de los acontecimientos a volcar en la gran pantalla,
tratando de que las cosas no suenen trilladas. En este aspecto, la obra
dirigida por Anders posee energía
pero no se asemeja en nivel de enlace y en contagio a la película concebida por
Gordon.
Si hay algo que todavía funciona
(aunque con menor brío) es la química entre los tres protagonistas. Jason Bateman suele ser de fiar en las
comedias, y aquí vuelve a complementarse de buena forma con Jason Sudeikis y Charlie Day. Este conjunto de incompetentes se enreda al querer
emprender un negocio propio cuando un inversor (Christoph Waltz de agradable pero corta presencia) echa por la
borda sus proyectos. A partir del punto de inflexión, Nick, Dale y Kurt (se
exagera en demasía y desfavorablemente para la narración las limitaciones de
cada uno de ellos) se meten en un embrollo tras otro, producto de su torpeza
innata. Decidir secuestrar al hijo del mencionado acaudalado sin una
planificación clara puede concluir en un caos.
Horrible
Bosses 2 intenta conservar la fórmula que en la entrega anterior combinaba
dinámica y una seguidilla de sucesos disparatos. El cóctel se digiere con
facilidad por el buen trabajo de edición y por la agilidad de las tomas, pero
pierde en desfachatez si comparamos a esta cinta con su precursora. Más allá
del feeling entre los personajes (da la sensación de que los actores verdaderamente
disfrutan lo que hacen), los eventos que se van sorteando ya no resultan tan
hilarantes o embarazosos.
Interesante y acertada elección la
de Chris Pine. De nuevo la aparición
de Jennifer Aniston suma puntos extra
y acaba por brindarnos con seguridad dos de las mejores escenas de la película.
Por otra parte, se agradece que se haya recurrido por segunda vez a Jamie Foxx en el rol de “consejero” de
nuestras figuras centrales.
Como producto en sí mismo y alejado
de de comparaciones, Horrible Bosses 2
es entretenido, gracioso y disfrutable. Se lo pone en jaque cuando el análisis
entra en parangón con el film anterior.
LO MEJOR: el reparto. El trío
principal. Los momentos en que participa Aniston.
LO PEOR: inferior a la primera entrega. No
resulta tan desopilante como su predecesora.
PUNTAJE: 6,5