Intrusos, molestos y de temer
No estamos solos en el universo, y lo desconocido es mucho más temible
que curioso.
Scott Stewart consigue tensionar sorprendentemente. Se toma su tiempo, es cierto,
pero cuando su escalinata aborda la cima del cerro, el suspenso se mete en la
piel del espectador. También es real que se expone durante pocos minutos, no
obstante se hace visible de manera efectiva y sin demasiados enredos ni determinaciones
rebuscadas.
Los elegidos emplea casi la misma fórmula que la mayoría de las historias que
involucran a una familia acosada por constantes sucesos sobrenaturales, aunque
aquí la invocación a espíritus pesados parece tomarse unas vacaciones, reemplazándola
por la presencia de alienígenas.
La lentitud con la que todo transcurre, extrañamente no le juega para
nada en contra a la proyección, por lo que se aprecia un buen recurso en cuanto
al modo de narrarnos los acontecimientos mediante la apelación a una suerte de “mini”
subtramas que van desde la rebeldía y la fase exploratoria adolescente hasta la
rutinaria vida de pareja en donde la retroalimentación parece pender de un
hilo. Pero lo destacable y atrayente de Dark
Skies se centra en la amenaza extraterrestre: sin ser escabrosa, obra con
un tono tan oscuro como tenaz.
¿Cuál es el motivo perseverante del acecho de estos seres espaciales?
Miedo, escepticismo y un sinfín de dudas se entremezclan hasta sobrepasar la
mitad del film. Entonces Stewart
despierta y se da cuenta que no le queda mucha más soga para terminar de
abrazar al producto y con un acertado lanzamiento culmina anudando al público.
Aunque no trascienda y probablemente sea más olvidable que memorable,
cuando se arriba al clímax con sonidos chirriantes e iluminaciones sugestivas,
el nerviosismo toma gran forma y acaba convenciendo al observador.
LO MEJOR: actuaciones convincentes. Simple pero efectiva. El suspenso llegando
al final.
LO PEOR: el desenlace. Tarda en llegar al apogeo.
PUNTAJE: 6