Hermanos, adulterio y crimen
Testigo íntimo representa la segunda película en la filmografía de Santiago Fernández Calvete, también a
cargo del guión. Se trata de un policial en el que la intriga se encuentra bien
dosificada, siendo tal vez uno de los componentes que más atrae al espectador, manteniéndolo
en vilo hasta el final.
Facundo (Felipe Colombo) es
un joven abogado que trabaja para el estudio de su suegra (Graciela Alfano). Su vida comienza a sufrir altibajos, tanto en lo
que concierne al ámbito laboral como en lo que respecta a lo sentimental. Este
último aspecto es el que se torna más importante e inquietante, puesto que
Facundo lleva una relación clandestina con Violeta, la pareja de su hermano
Rafael.
Vale la pena remarcar la apreciable labor realizada por el director,
quien nos sumerge en los hechos combinando una puesta en escena prolija y cautivante
con una historia que, más allá de algunas irregularidades, se percibe
entretenida y enigmática en virtud de lo que el observador intente vaticinar
que pueda llegar a ocurrir con el correr de los minutos. Es aquí, en el
apartado volcado a la intriga, donde Testigo
íntimo saca mayor provecho: el crimen es abordado desde diferentes ángulos
que nos permiten reflexionar acerca de la presencia cada vez más omnipresente
de la tecnología (cámaras de seguridad, redes sociales, mensajes de texto), así
como también sobre el componente afectivo y los lazos familiares, en este caso
entre los hermanos y sus respectivas relaciones de pareja, con todo el embrollo
que se da en la trama vinculado a la infidelidad. Los secretos parecen ir
difuminándose en tiempos tecnológicos.
Si bien la obra tan sólo dura poco más de hora y media, es en el nudo
de la narración donde las cosas se vuelven un poco menos atrayentes por la
dificultad que se siente, desde este lado de la pantalla y por parte del relato
en sí, para generar un clima de mayor desasosiego y de menor nivel reiterativo.
En el tramo final, Santiago
Fernández Calvete dota a su proyección de nervio, arribando al máximo grado
de conexión y de expectativa. Es allí, en el desenlace, donde Testigo íntimo consigue redondear una
performance positiva valiéndose de unas vueltas de tuerca ingeniosas y poco
esperadas, de esas que necesita un thriller para revalorizarse y dejarnos una
buena sensación de conformidad.
LO MEJOR: el nivel de intriga que conserva. El cierre, con sus giros.
LO PEOR: intermitente en determinados pasajes. La música desentona en algunas
secuencias.
PUNTAJE: 6,5