miércoles, 21 de enero de 2015

Whiplash - Crítica



Batería y obsesión

Entre las nominadas a Mejor Película para los Oscar 2015 aparece Whiplash, del joven Damien Chazelle, quien nos sorprende por su capacidad para contarnos una historia marcada a fuego por la obsesión, el compromiso máximo y los conflictos tanto internos como externos que pueden desprenderse de la persecución de un sueño. Cine independiente que resulta difícil de clasificar dentro de un género. No se trata de un drama típico; la obra del director de apenas 30 años posee fuerza, adrenalina y una dinámica que permite mantener la expectación a todo momento.
Whiplash nos remite a la cotidianidad de Andrew Neiman (Miles Teller), un adolescente que se empeña en mejorar sus aptitudes como baterista de jazz, estudiando en un reconocido conservatorio. Su vida da un giro importante cuando es convocado por Terence Fletcher (J. K. Simmons), un profesor con un oído agudo para la música, pero cuyos métodos de enseñanza no son los más ortodoxos. Fletcher presiona a sus dirigidos a niveles límite, quiere exprimirlos para sacar lo mejor de ellos. El desafío para Andrew está dado no solo en crecer, sino además en medir hasta qué punto es capaz de tolerar en cuanto al maltrato ejercido por el docente.


J. K. Simmons es una de las razones principales por las que el film triunfa y a la vez nos enlaza con los acontecimientos. Su personaje es temerario, impone presencia y respeto, del mismo modo que se gana, en unas cuantas secuencias, el aplazo del observador por sus vehementes comportamientos. Tras alzarse del premio a Mejor Actor de Reparto en los recientes Globos de Oro, Simmons asoma como favorito para los venideros Oscar. Y no es para menos, puesto que logra incomodar y llevar a cabo una interpretación formidable. Vale la pena la mención también para Miles Teller, quien realiza una sólida y convincente labor.
Whiplash es una historia de perseverancia y lucha por la consecución de una meta. El interrogante se plantea a partir de qué precio se está dispuesto a pagar para alcanzar los objetivos personales y qué tantas trabas en el camino se pueden sobrepasar sin salir herido. Más allá de las cuestiones de fondo que hacen al desarrollo de la cinta, asimismo es interesante el montaje y el timing con el que Chazelle expone cada circunstancia. Aquí es donde la batería no deja de sonar, de forma tan electrizante como el dinamismo propio que acarrea el relato.
Salvando pequeños detalles discutibles en cuanto a verosimilitud, la película resulta endemoniadamente entretenida, brindándonos un espectáculo que desborda fibra. Sumamente recomendable.

LO MEJOR: las actuaciones, sobre todo la que lleva adelante J. K. Simmons. El ritmo con el que se desarrollan las escenas. La tensión.
LO PEOR: puede que alguna que otra instancia que no resulte meramente creíble.

PUNTAJE: 8,5 

domingo, 18 de enero de 2015

Francotirador (American Sniper) - Crítica



La leyenda continúa

Parece que Clint Eastwood se ha inclinado hacia los films biográficos, como ha venido demostrando en sus últimos trabajos, esto es a cargo de J. Edgar y Jersey Boys. Aquí, en American Sniper, nos narra la historia de Chris Kyle, adaptando a la gran pantalla la autobiografía del Navy SEAL. Probablemente no se trate de una de las mejores películas del gran director de Mystic River, pero acaba dejando una sensación de conformidad apreciable gracias al pulso que aún posee Clint para abordar este tipo de relatos.
Algunas voces se encargaron (y otras se encargarán también) de señalar a la obra como otra propuesta que destila patriotismo por la nación. Lo cierto es que Eastwood no toma una postura definida acerca de los eventos que nos presenta, y profundiza (como bien suele hacerlo) sobre las cuestiones humanitarias que incluso tienen lugar en la proyección, algo que asimismo divide y dividirá opiniones por todo lo que implica la temática central de la misión en Irak.
Bradley Cooper lleva a cabo una destacable actuación en la piel de Chris Kyle, aquel marine que recibió el mote de “Leyenda” tras salvar una gran cantidad de vidas y por su capacidad milimétrica a la hora de posicionarse como francotirador. El actor de American Hustle es una de las razones por las cuales American Sniper suma unos puntos extra en su puntuación final. De hecho, es uno de los nominados a Mejor Actor de cara a los premios Oscar 2015. Su interpretación tiene momentos muy bien logrados, algunos de ellos consiguen sofocar, conmover y ponerle la piel de gallina al espectador. Dichos pasajes enmarcados por los primeros planos de los que el octogenario director se vale para acrecentar el dramatismo y la tensión.


Sienna Miller acompaña de buena manera en el rol de esposa de nuestro protagonista. Una mujer con una constante opresión provocada por la angustia que le representa el hecho de que Kyle viaje a cada una de las misiones a Irak. Este aspecto es uno de los que cobra mayor grado de emotividad en la narración, junto con las situaciones en las que se ve inmerso nuestro intérprete principal.
Si la primera hora de American Sniper evidencia ciertas irregularidades o recaídas para enlazar de lleno al observador, la segunda mitad cobra más fuerza en todos sus sentidos. La acción toma un poco más de posesión, y el drama da la impresión de estar mejor elaborado, de forma progresiva. Eastwood amplía la variedad de sensaciones que pasan por la mente de Kyle, desde el sufrimiento y el vacío hasta incluso la paranoia.
En líneas generales, el film se percibe más que interesante. Lejos de otras grandes cintas del realizador, pero con la aptitud e idoneidad innata que hacen de Clint un eximio narrador.

LO MEJOR: la narración. La interpretación de Bradley Cooper.
LO PEOR: la primera mitad del film, irregular.

PUNTAJE: 7

viernes, 16 de enero de 2015

Sin control (John Wick) - Crítica



John vendrá por ti

Tras un tráiler a pura fibra, John Wick (en Argentina bajo el título de Sin control), atrae principalmente a seguidores del cine de acción y de toda propuesta pochoclera. Los directores David Leitch y Chad Stahelski se valen de la presencia de Keanu Reeves como protagonista en el rol de un asesino a sueldo retirado con sed de venganza (¿cuántas veces se ha visto esta historia?).
John Wick sufre la pérdida de su esposa y lo único que le ha quedado de ella es un cachorro que le obsequió. Una noche, un grupo de gánsteres rusos le roban su auto y también la vida al pequeño Beagle. El problema para ellos radica en que no saben con quién se han metido hasta que el padre del líder de la banda que arremetió en esa oportunidad lo explica. John no va a parar hasta hacer justicia por cuenta propia.


Películas con una trama similar se pueden encontrar y mencionar varias. No hay nada que no suene trillado en este tipo de historias, la diferencia radica en cómo volcar los acontecimientos a la pantalla. Por citar un caso más reciente, John Wick se asemeja bastante a The Equalizer. Tanto Reeves como Denzel Washington interpretan (cada uno en su film, lógicamente) a tipos solitarios que se meten contra la mafia rusa. Lo que varía es que Keanu, si bien redondea una buena performance, no es Denzel ni tiene la solidez natural que el actor de Man on Fire ha sabido demostrar para papeles de este estilo.
La proyección de Leitch y Stahelski carece de un guión virtuoso; tampoco pretende sacar rédito de ello, dado que las fichas están puestas sobre lo que las secuencias de mayor adrenalina y violencia puedan ofrecernos. Como ejercicio de acción, John Wick funciona principalmente en la primera hora, en la que se puede disfrutar por la dinámica y el timing de los enfrentamientos que se dan en diferentes escenarios. Lo que acontece más adelante se torna repetitivo, predecible y, lamentablemente, peca por su carencia de nervio.
Referencia especial para el apartado técnico, en donde se nota un apreciable trabajo de fotografía, con tonos oscuros, sumado al buen resultado que se extrae de la combinación entre el aspecto sonoro y la variedad de planos y movimientos ágiles de cámara.
En narraciones como ésta, la discusión sobre la verosimilitud de los hechos que se exhiben siempre se halla presente. Llama la atención que nuestro intérprete principal sea respetado y temido a elevados niveles por sus antagonistas, siendo algo que definitivamente despoja de tensión a la cinta, quitándole asimismo ferocidad a los villanos de turno.

LO MEJOR: la primera hora. Las escenas de acción.
LO PEOR: previsible. Historia vista muchas veces.

PUNTAJE: 5

martes, 6 de enero de 2015

Foxcatcher - Crítica



El enigmático du Pont

Foxcatcher está muy bien narrada. Se trata de una historia basada en hechos reales, ambientada en los ’80. El modo elegido para contarla deja vestigios de lo que es capaz de dar un director como Bennett Miller, quien había demostrado su gran capacidad detrás de la cámara con aquellos convincentes films llamados Moneyball y Capote.
La cinta saca provecho no sólo por lo interesante que se perciben los acontecimientos que tienen lugar en ella, sino también por el excelente trabajo actoral del trío conformado por Steve Carell, Channing Tatum y Mark Ruffalo. Cada uno de ellos se adapta a lo que le exigen sus roles, tanto en lo que concierne a las expresiones faciales como en las posturas y en las formas de caminar, de moverse y de gesticular. En este punto vale remitirse especialmente a Steve Carell, quien sorprende con una interpretación magnífica al meterse en la piel de John du Pont, un millonario que convoca a Mark Schultz (Tatum) de cara a los juegos olímpicos en la categoría de lucha libre con el fin de promoverlo, entrenarlo y proclamarse como su mentor. Lejos de la faceta de comediante que le conocemos, Carell consigue que cada vez que su personaje aparezca en escena le transmita desconcierto al espectador, con ciertos aires de intriga. El sujeto que compone se hace respetar con su sola presencia, con su mirada y con un carácter que se va tornando cada vez más imprevisible. Desde el momento que realiza su primera aparición, el observador puede experimentar la sensación de que algo no le cierra acerca de la enigmática personalidad del acaudalado.


Foxcatcher transita casi constantemente de manera pausada mientras expone las situaciones con una apreciable fuerza magnética. Otro mérito de Miller radica en el modo en que maneja los diálogos, la incomodidad que puede derivarse de algunos de ellos y también los silencios. Un drama que quizás en algún instante parece estancarse ante la dificultad para cambiar de matiz; sin embargo, a su ritmo, le encuentra la vuelta al asunto y muta lentamente hacia un costado más oscuro y alarmante. Es en esos pasajes (y a través de la aptitud de los intérpretes) cuando la narración nos comienza a atrapar en escalas crecientes hasta llegar a un desenlace que, aunque sea conocido por muchos por tratarse de un evento real, estremece y sacude fuerte.
Esperada con ansias por gran parte del público, la proyección dirigida por Bennett Miller casi no sufre intermitencias y gana puntos gracias a la firmeza de su realizador a la hora de plantar los sucesos en escena. Clave resulta el trío principal del reparto, destacándose y sorprendiendo, como se mencionó antes, Steve Carell en un rol totalmente distinto al humorístico en el que se hallaba encasillado.

LO MEJOR: la forma en que está narrada. El trío principal y la sorprendente labor de Carell. Magnética.
LO PEOR: en ciertos pasajes parece costarle cambiar de ritmo.

PUNTAJE: 8,2

sábado, 3 de enero de 2015

Las mejores películas del 2014

A continuación se enlistará el ranking, a criterio de este Blog, de las mejores 5 películas estrenadas en 2014 en Argentina.

#5. X-Men: Days of Future Past (9/10)


Bryan Singer sacó a flote a los mutantes al servicio de una de las cintas más esperadas y logradas del año. X-Men: Days of Future Past se valió de un reparto de lujo al contar en su haber con Hugh Jackman, James McAvoy, Michael Fassbender y Jennifer Lawrence, entre tantos. Poco más de dos horas de metraje para una historia dotada de acción y vértigo desde el comienzo. Atención especial a la memorable escena de Quicksilver, bajo interpretación del joven Evan Peters.

#4. Relatos salvajes (9/10)


La película argentina por la que el público acumuló mayor ansiedad en mucho tiempo. Damián Szifrón es garantía detrás de la cámara y aquí volvió a demostrarlo al concebir una comedia negra voraz. Relatos salvajes arrasó en las salas de cine y conquistó al espectador a base de una proyección de episodios, engendrando seis historias explosivas en donde la sátira, la intolerancia y la crítica social cobraron gran importancia en el desarrollo de las mismas. Feroz. De lo mejor del 2014 a nivel nacional por lejos.

#3. Gone Girl (9/10)


Thriller con mayúsculas made in David Fincher. El director de Seven y Zodiac supo manejar la intriga y conservar al observador expectante hasta el desenlace. Con Ben Affleck y Rosamund Pike a la cabeza, ambos de muy buenas actuaciones. Música tan envolvente como cautivadora, ingeniosas vueltas de tuerca, tensión y una atmósfera retorcida en orden creciente conforme al avance de la narración. Imperdible.

#2. Enemy (9,5/10)


Denis Villeneuve es uno de los directores más interesantes del momento. Trabajos como Incendies y Prisoners son apenas dos muestras de lo que es capaz de dar. Enemy, si bien es de 2013, llegó a los cines argentinos recién a mediados de 2014. El canadiense llevó a cabo aquí su cinta más jugada y perturbadora. Extravagante, confusa e hipnótica, les significó a muchos la comparación con el surrealista David Lynch.
Jake Gyllenhaal ratificó su crecimiento a raíz de un doble papel brillante. Película poseedora de uno de los finales más desconcertantes que se hayan visto. Imprescindible verla al menos dos veces para atar cabos.

#1. Interstellar (10/10)


Como cada vez que Christopher Nolan lanza un nuevo producto, el mundo del cine se frena para juzgarlo, venerarlo, amarlo o incluso odiarlo. Director que divide aguas. Único y diferente. Interstellar ha sido ya desde su estreno motivo de discrepancias entre defensores y detractores. Una cinta que supo mezclar la ciencia ficción con el drama a través de una aventura espacial fascinante y magnética. Comparada con 2001: A Space Odyssey, de Stanley Kubrick.

Increíble labor de Matthew McConaughey en una película que sacó a relucir todo su desempeño visual en la gran pantalla. Un viaje a través del cosmos apabullante, con agujeros negros, de gusano y postulados físicos. Deslumbrante y con el plus que le aportó Hans Zimmer desde el apartado de la banda sonora.