jueves, 30 de abril de 2015

Avengers: Age of Ultron - Crítica



Incansables y potentes superhéroes

Avengers: Age of Ultron estrena para dar fin a la ansiedad contenida, puesto que no hacía más que acrecentar las expectativas de los fanáticos con cada portentosa imagen y con cada estruendoso avance que circulaba y formaba parte del aparato promocional de la cinta.
Si la primera entrega conquistó al público por su energía, acción desenfrenada y dosis de humor, ¿por qué habría de cambiar la fórmula? Algunas voces se encargaron de reiterar que esta segunda parte es más de lo mismo y que precisamente por eso no brilla. Es cierto que no hay demasiadas sorpresas o tampoco una capacidad inventiva superior respecto del precedente film, pero lo que los seguidores piden está a la orden del día y casi de forma constante, alivianando así el extenso metraje que porta la proyección de Josh Whedon.


Un arranque atronador nos enlaza de lleno gracias al vigor propio de las secuencias de enfrentamiento en las que nuestros protagonistas se ven inmersos. Avengers: Age of Ultron desborda de energía y a la vez contagia al valerse de un apartado técnico ostentoso, con el que cada momento cobra un grado mayor de entretenimiento. Ver en acción a Hulk, Iron Man, Black Widow, Captain America, Thor y Hawkeye es apenas uno de los elementos con los que cualquier observador espera encontrarse. Pero la historia no sólo se limita a la adrenalina que se desprende de cada escena combativa, sino que también ofrece un costado que suele volcarse levemente a lo oscuro con pequeños pasajes de dramatismo que nos permitan conocer un poco más, de fondo, a las figuras principales. La química que mantienen nuestros héroes, las chicanas que se hacen y los tintes humorísticos prevalecen, pero a ello se le suman algunas internas entre unos y otros personajes, complicando mayormente las cosas.
Uno de los atractivos más estimulantes que asomaba en el tráiler está dado en el potentísimo cruce entre Iron Man y Hulk, que termina cubriendo ampliamente las expectativas creadas a base de una contienda rabiosamente dinámica y devastadora. La aparición de los extravagantes Pietro Maximoff / Quicksilver (Aaron Johnson) y Wanda Maximoff / Scarlet Witch (Elizabeth Olsen) le aporta un plus de frescura y por qué no de impronta a la narración. Por el contrario, queda la sensación de que a Ultron (James Spader en la voz) no se le saca todo el jugo necesario como para que a nuestros ojos se perciba un villano netamente explotado.


Avengers: Age of Ultron es un divertimento explosivo que casi nunca decae en ritmo. Más allá de poseer instantes sabrosamente jocosos, existen circunstancias específicas en las que se fuerza el recurso a la humorada. Una de las claves de que este tanque salga airoso radica en el carisma innato de cada protagonista, algo que dificulta la elección de un favorito de parte del espectador, una clara señal de lo bien trabajado que se encuentra este aspecto.

LO MEJOR: la química entre los personajes. Los efectos especiales, las escenas de acción y el humor.
LO PEOR: Ultron no termina siendo bien aprovechado.
PUNTAJE: 8


martes, 28 de abril de 2015

The Voices - Crítica



Ángel y demonio

The Voices cuenta probablemente con la mejor interpretación que haya dado, hasta el momento, Ryan Reynolds. Este es el aspecto más destacado en la cinta de la directora Marjane Satrapi. Una narración que mezcla el humor negro con aspectos macabros vinculados a los desvaríos constantes de nuestro protagonista. El film (no apto para todos los públicos), sabe sorprender y enlazar al espectador gracias a un inicio estimulante y prometedor; por el contrario, durante el desarrollo del relato las secuencias pierden un poco de fuerza al tornarse tal vez algo reiterativas.


Difícil resulta clasificar a la proyección. Parece querer abarcar varios géneros pero acaba merodeando entre la comedia y el thriller (este último en su forma menos severa). La obra de la realizadora de Persépolis funciona principalmente cuando logra que el espectador no pueda adivinar lo que va a suceder. En esa ingeniosa y alocada capacidad para plantar en escena unas cuantas situaciones en las que cualquier cosa puede pasar es donde The Voices saca mayor rédito y se percibe así más entretenida. Esto se da en el arranque; es allí donde Satrapi además incluye algunos pasajes que satirizan a películas de asesinos seriales añadiéndole incluso una pizca de gore al asunto.


La mención especial es para Reynolds, quien efectúa una muy buena labor como un sujeto que, evidenciando importantes trastornos mentales, también escucha hablar a su perro y a su gato, a la vez que dialoga con ellos contándole sus problemas cotidianos (cada mascota en plan opuesto entre sí en cuanto a benevolencia y malicia). A medida que la historia avanza, el observador va conociendo a la figura central, de apariencia inocente y bonachona, pero capaz de dar un revés en su personalidad en un santiamén. El actor de la claustrofóbica Buried se mueve con la misma eficiencia tanto cuando nos muestra su costado sensible y naif como cuando invoca su flanco más salvaje y desenfrenado. Anna Kendrick lo acompaña gratamente.


Queda la sensación de que The Voices se vuelve irregular pasada su primera mitad. Algún que otro declive en cuanto al ritmo y la pérdida del factor sorpresa que tan bien había sido empleado en los minutos precedentes le juegan en contra al film; asimismo ocurre con las cuotas de brutalidad que le siguen hasta el desenlace, no tan inesperadas y bastante menos perturbadoras que las presenciadas anteriormente.

LO MEJOR: Reynolds, de muy buena interpretación. Los momentos imprevisibles del comienzo.
LO PEOR: pierde el ritmo hacia la segunda mitad. Se torna más predecible.

PUNTAJE: 6    

sábado, 25 de abril de 2015

The Gambler - Crítica



A todo o nada

Cuando en el tráiler suena Gimme Shelter de The Rolling Stones mientras el carismático Mark Wahlberg y el siempre entrañable John Goodman hacen sus apariciones, The Gambler luce bien, llama la atención y despierta cierto grado de interés. Cuando llega el momento de la verdad, en el desarrollo de la historia, la obra de Rupert Wyatt (remake de la proyección de 1974) pierde un poco de fuerza en comparación con la expectativa creada de antemano. Esto no significa que se trate de una propuesta fallida, pero sí tal vez de un relato algo desaprovechado.
Jim Bennett (Wahlberg) es un profesor que posee una severa adicción al juego. Cada vez que se sumerge en ese mundo, no puede controlarse. Lo que gana lo dobla. A todo o nada. Acaba endeudándose por una cifra sumamente importante, por lo que tiene una semana para conseguir el dinero y devolverlo a sus prestadores.


Wyatt elige situaciones en donde priman los diálogos (a veces bien llevados y en otras ocasiones forzados en su intento casi constante de dejar una huella). The Gambler también posee tensión pero no a escalas elevadas como tal vez hubiese requerido la cinta, es decir, teniendo en cuenta la posición desesperante en la que se encuentra nuestro protagonista, marcada a fuego por el poco tiempo que tiene para obtener el efectivo. Más allá de algunas que otras cuestiones que podrían haberse pulido mejor, vale destacar que la película es llevadera, incluso sin valerse de una gran dinámica, resultando prácticamente en todo momento entretenida y fácil de visionar.
Mark Wahlberg interpreta a un sujeto que no da demasiado lugar a la expresión. Un muchacho encerrado en ese peculiar y riesgoso vicio, y a la vez mostrándose, en su profesión, como alguien despreocupado, deprimido, al que pareciese que todo le da lo mismo. Para componer el personaje, el actor de 2 Guns tuvo que someterse a un impresionante cambio físico, bajando alrededor de 30 kilos, en contraposición con la potente imagen en la que se lo vio en Pain & Gain, por ejemplo, como fisiculturista. Lo secundan gratamente Jessica Lange y John Goodman (de apreciable y contagiosa presencia como es costumbre).


The Gambler explora el mundo del juego y la psicología del hombre que apuesta impulsivamente (aunque sin volcarse con total profundidad en ello). Se trata de un film discreto, correctamente llevado a cabo pero que deja la sensación de que con una cuota mayor de adrenalina, de rigidez o de peligrosidad en los acontecimientos podría haber arrojado un resultado mejor.

LO MEJOR: Wahlberg y Goodman. Entretenida.
LO PEOR: propuesta algo desaprovechada.

PUNTAJE: 6,5

sábado, 18 de abril de 2015

Tuya - Crítica



Infidelidad y encubrimiento

Edgardo González Amer es el encargado de valerse de la novela de Claudia Piñeiro para adaptarla al cine en Tuya, un thriller que por momentos cambia riesgosamente de tono, virando entre la intriga y el humor (éste en contadas ocasiones). La buena puesta en escena permite que el film se perciba más interesante, y su duración (aproximadamente hora y media) le juega a favor de modo que el asunto no termine enredándose más de la cuenta ni tornándose pesado.
Inés (Andrea Pietra) vive cómodamente creyendo que todo en su entorno marcha bien. Su rutina da un giro abrupto cuando descubre una carta de amor a Ernesto, su marido, sin remitente, con un corazón dibujado con rouge cruzado por un “te quiero”. A partir de allí, Inés comienza a indagar para tratar de descubrir con qué mujer la ha engañado su esposo.
Tuya entretiene pero no logra atrapar de forma regular. Existen cuestiones que desfavorecen la forma en que el público pueda tomar la historia. Una de ellas está dada en la utilización (en determinadas secuencias) de la voz en off del personaje de Inés; es probable que la implementación de este recurso haga las cosas más predecibles y menos ingeniosas de lo que podría haber sido si tan sólo se nos mostraran los hechos prescindiendo de estos comentarios o breves relatos.
Edgardo González Amer demuestra que posee una apreciable capacidad técnica para manejar la cámara y para desplegar una serie de planos que elevan el nivel de producción de la película. La proyección gana puntos en lo que concierne a la filmación pero pierde en cuanto a la solidez y al pulso narrativo que requieren los acontecimientos que se exhiben. El enigma se vuelca a la pantalla con intermitencias, y se ve afectado por algunas pequeñas dosis de humor que en oportunidades descolocan, produciendo una desconexión y una ligera pérdida de enfoque central de cara a lo meramente policial.
Andrea Pietra realiza una gran labor interpretativa, siendo la integrante del reparto que más se luce. Jorge Marrale cumple sobriamente. Ambos conforman una pareja desgastada, en la que solo uno de ellos está dispuesto a reanimarla, a revivirla.
La obra de González Amer aborda también la subtrama de la hija del matrimonio, quien está por realizar su viaje de egresados. Una cinta en donde los personajes conservan grandes secretos y donde el rol de la familia se observa dañado. No todo termina de convencer en Tuya, incluido el desenlace y alguna circunstancia cercana a este, de cuestionable resolución.

LO MEJOR: la actuación de Pietra. Apartado técnico. Algunos momentos de intriga.
LO PEOR: los arriesgados cambios de tono hacia el humor. La manera en que se presenta el final. Intermitente.

PUNTAJE: 5

miércoles, 8 de abril de 2015

Better Call Saul - Análisis de la Primera Temporada


La primera temporada de Better Call Saul llegó a su fin. Diez capítulos que se pasaron rápido y que acabaron dejando a los fans con ganas de más. El universo de Breaking Bad fue tan grande y abarcador que Vince Gilligan sintió quizás la necesidad de mantener el fuego encendido al menos con este spin-off dedicado de lleno a la vida de uno de los personajes más encomiables que tuvo la aclamada serie. Así, junto a Peter Gould, el realizador nos fue mostrando, poco a poco, los pasos que comenzó dando Jimmy McGill (con varios tropezones en el camino) para ir convirtiéndose en ese particular y charlatán abogado que disfrutamos en la obra protagonizada por Bryan Cranston.
¿Por qué gusta tanto el personaje de Saul Goodman? Ya la primera aparición de Saul en Breaking Bad nos generó un alto grado de simpatía. La espontaneidad, la desfachatez y la seguridad que el defensor demostró para desenvolverse ni bien entró en escena, produjeron un efecto automático que envolvió y conquistó al público. Su chispa, los ejemplos de los que se valió para explicar por y hacia dónde encarar cada caso resultaron siempre ingeniosos y divertidos. Por supuesto, la interpretación de Bob Odenkirk ha sido brillante (lo mismo en lo que va de la flamante precuela).


Better Call Saul hizo su presentación con una apertura bastante pausada, y su capítulo inicial quizás no haya sido el mejor de la temporada. De todos modos, las intermitencias a la hora de mantenernos netamente enlazados fueron bien suplidas por lo que representaron algunos de los tantos guiños a su predecesora. Allí tuvimos el placer de volver a ver a Mike e incluso al propio Tuco, de considerable participación en el mayormente logrado y excelente segundo episodio. Entre el humor (en oportunidades negro, socarrón) y el drama, los acontecimientos encontraban una interesante fórmula para conservar al espectador satisfecho y con las expectativas bien cubiertas.
Vale destacar que esta primera temporada no necesitó apurar la dinámica para brindar entretenimiento ni forzar las situaciones para ver a nuestro protagonista en aprietos. Los creadores eligieron correctamente el sendero a seguir al enfocar el asunto hacia el costado dramático de Jimmy (todavía sin su “transformación” a Saul Goodman), de modo que conozcamos su pasado (de nuevo poniendo en funcionamiento el efectivo recurso de los flashbacks en algunos comienzos de cada entrega semanal) y asimismo el mote de “resbaladizo” que se ganó por determinados engaños y triquiñuelas que llevó a cabo. Pese a dejarnos entrever que por un largo período el excéntrico abogado estuvo sumido en la oscuridad, Gilligan y Gould se encargaron de acentuar las debilidades del personaje compuesto por Odenkirk, así como también sus valores y ciertos códigos propios de su personalidad, resultándonos aún más querible, más cercano.


Una fotografía sombría, a veces melancólica, fue la que primó en gran parte de lo visto hasta el momento, aspecto ideal para resaltar las circunstancias no del todo felices que le tocaron experimentar al bueno de Jimmy. Pero no todo giró en torno a él y las apariciones de Mike sirvieron de gran aporte desde el sector de los secundarios. El sobrio, frío y calculador sujeto encarnado de admirable forma por Jonathan Banks incluso se ganó una intervención exclusiva que lo tuvo en escena durante todo un episodio. Este podría denominarse “el capítulo de Mike” (en verdad se tituló Five-O), caracterizado por un firme pulso narrativo para sumergirnos en un relato lúgubre, permitiéndonos así conocer un poco más la vida y tiempos lejanos del ex policía.


La primera temporada de Better Call Saul dejó un gran sabor en los seguidores. Entre las cuestiones más importantes es atinado mencionar que, hasta aquí, pudo cubrir las expectativas puestas en ella, con todas las dudas que pueden surgir de cualquier spin-off de un producto exitoso. Los cliffhangers, esos desenlaces que tanta adicción segregaban en Breaking Bad, han sido manejados prácticamente con la misma eficiencia, inclusive en episodios como el décimo, en el que si bien algunos pasajes no estuvieron a la altura de los que se habían observado con anterioridad, un poderoso y sugerente final sembró una semilla que promete crecer con vigor en la próxima etapa.

PUNTAJE PRIMERA TEMPORADA: 9,2

sábado, 4 de abril de 2015

The Cobbler - Crítica



En tus zapatos

Otra propuesta protagonizada por el discutido Adam Sandler, que emerge bajo la dirección de Thomas McCarthy. The Cobbler se muestra como una historia que mezcla el drama, la comedia y la fantasía. Amena y agradable, la película logra mantener la atención, alejando al actor de Grown Ups de ese estilo de films de humor absurdo que tan cuestionados han sido por gran parte del público.
Max (Sandler) es un zapatero que vive con su madre. Su vida es bastante monótona, carente de chispa y de acontecimientos importantes. Max deja entrever que no la pasa bien con su rutina diaria. Algo en el pasado, vinculado a su padre (del mismo oficio) lo aqueja y preocupa. Sus días dan un giro brusco cuando descubre que al ponerse los zapatos de sus clientes, puede cambiar su apariencia por la de ellos. Esto se da gracias a la extraña magia de una máquina reparadora de calzados que conservaba escondida en el sótano de su negocio.


La obra de McCarthy aborda el hecho de ponerse en la piel de otro como mera fantasía o tal vez como breve juego de querer ser, aunque sea por momentos, otra persona. Y nuestro personaje principal lo lleva a cabo, a veces como una aventura desprovista de picardía y en ocasiones hasta involucrándose en asuntos de delicado riesgo. A partir de situaciones de peligrosidad es donde The Cobbler explora matices distintos que le permitan despegar de ese aire casi naif (por llamarlo de algún modo) predominante en los primeros minutos, para volcarse hacia cuestiones que pongan en aprietos a nuestro carismático y torpe protagonista.
Vale la pena destacar la participación de figuras como Steve Buscemi y Dustin Hoffman, en intervenciones acotadas pero que sirven para elevar un poco más el status de los acontecimientos que tienen lugar en el relato. También colabora Clifford Smith, más conocido como Method Man, situándose en el flanco malvado de esta especie de cuento mágico.
The Cobbler gana puntos por su ritmo llevadero, por tratarse de una proyección afable, entretenida y por sus actuaciones. Asimismo el director se da el gusto de añadirle una interesante vuelta de tuerca a la historia que acaba resultando, como mínimo, ingeniosa. Es factible que con algunos eventos permanezca la sensación de que se podrían haber pulido un poco más, pero con sus pros y sus contras la película liderada por Adam Sandler redondea una performance favorable.

LO MEJOR: la historia, el modo en que se cuenta, afable. Buen giro hacia el desenlace.
LO PEOR: no se le saca todo el jugo a narración.

PUNTAJE: 6,5