Ángel y demonio
The Voices cuenta
probablemente con la mejor interpretación que haya dado, hasta el
momento, Ryan Reynolds. Este es
el aspecto más destacado en la cinta de la directora Marjane Satrapi. Una narración que mezcla el humor negro con
aspectos macabros vinculados a los desvaríos constantes de nuestro
protagonista. El film (no apto para todos los públicos), sabe sorprender y
enlazar al espectador gracias a un inicio estimulante y prometedor; por el
contrario, durante el desarrollo del relato las secuencias pierden un poco de fuerza
al tornarse tal vez algo reiterativas.
Difícil resulta clasificar a la
proyección. Parece querer abarcar varios géneros pero acaba merodeando entre la
comedia y el thriller (este último en su forma menos severa). La obra de la
realizadora de Persépolis funciona
principalmente cuando logra que el espectador no pueda adivinar lo que va a
suceder. En esa ingeniosa y alocada capacidad para plantar en escena unas
cuantas situaciones en las que cualquier cosa puede pasar es donde The Voices saca mayor rédito y se
percibe así más entretenida. Esto se da en el arranque; es allí donde Satrapi además incluye algunos pasajes
que satirizan a películas de asesinos seriales añadiéndole incluso una pizca de
gore al asunto.
La mención especial es para Reynolds, quien efectúa una muy buena
labor como un sujeto que, evidenciando importantes trastornos mentales, también
escucha hablar a su perro y a su gato, a la vez que dialoga con ellos
contándole sus problemas cotidianos (cada mascota en plan opuesto entre sí en
cuanto a benevolencia y malicia). A medida que la historia avanza, el
observador va conociendo a la figura central, de apariencia inocente y
bonachona, pero capaz de dar un revés en su personalidad en un santiamén. El actor
de la claustrofóbica Buried se mueve
con la misma eficiencia tanto cuando nos muestra su costado sensible y naif
como cuando invoca su flanco más salvaje y desenfrenado. Anna Kendrick lo acompaña gratamente.
Queda la sensación de que The Voices se vuelve irregular pasada su
primera mitad. Algún que otro declive en cuanto al ritmo y la pérdida del
factor sorpresa que tan bien había sido empleado en los minutos precedentes le
juegan en contra al film; asimismo ocurre con las cuotas de brutalidad que le
siguen hasta el desenlace, no tan inesperadas y bastante menos perturbadoras
que las presenciadas anteriormente.
LO MEJOR: Reynolds, de muy
buena interpretación. Los momentos imprevisibles del comienzo.
LO PEOR: pierde el ritmo hacia la segunda
mitad. Se torna más predecible.
PUNTAJE: 6
No me lo fumo a Reynolds, che. Me parece el Estevanez de Hollywood. La bajé la peli, pero todavía no me dieron ganas de pegarle una mirada. Buen review!
ResponderEliminarA mí tampoco, nunca me convenció Reynolds,excepto en esta película. Igual te digo, no es gran cosa, empieza bien y después se pincha.
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