Volando alto
La cinta del particular Alejandro
González Iñárritu (venerado por muchos y reprobado por otros) ha generado
un interesante revuelo desde que se dio a conocer su primer tráiler. La
ansiedad comenzó a precipitarse aún más ante las primeras voces que llegaban
desde Venecia vaticinando que se trataba de una de las joyas de las que se
hablaría largo y tendido en el 2015 (o al menos en el inicio del corriente
año). Birdman supone un cambio de registro
de parte del director de 21 gramos,
conocido por sus films de historias cruzadas. Aquí se vuelca hacia una especie
de comedia negra favorecida por una puesta en escena soberbia, a través de la
que Iñárritu despliega una buena
cantidad de recursos que magnetizan al espectador.
La historia nos remite a Riggan, un actor que ha alcanzado la fama
gracias a la personificación de un superhéroe, pero que en la actualidad se
encuentra en la lucha por triunfar al mando de una obra teatral en Broadway. El
desafío radica en demostrarle a la gente y también (o principalmente) a sí
mismo que es capaz de reinventarse y ser reconocido nuevamente desde un
personaje o rol distinto al que supo engendrar en su pasado.
Más allá de los conflictos internos de cada uno de los partícipes del
relato y de sus miserias, Birdman
intenta sacar a la luz un tono burlón, aprovechando el baño de tragicomedia
(por decirlo de alguna manera) que se aplica sobre la narración. Es allí donde
brillan Michael Keaton y Edward Norton, acompañados con solidez
por el resto del reparto (Emma Stone,
Naomi Watts, Zach Galifianakis), porque Birdman
es además una película de actores y de actuaciones. No es una cinta de risas,
sino de un humor irónico, socarrón, de momentos fugaces y ocurrentes incluso
adornados por pasajes surrealistas que amplían un poco más la variedad de
componentes de los que se vale el realizador de Babel.
Iñárritu acierta cuando se propone presentar los acontecimientos con la difícil
tarea que requiere la utilización de planos secuencia (la apariencia de que
fuese uno sumamente extenso está impecablemente lograda) que acaban transportándonos de
un lado hacia otro, siguiendo a diferentes personajes que desfilan por el
interior y por los alrededores del teatro. Esto dota de dinámica y de agilidad
a la proyección, ganando puntos en entretenimiento y en enlace.
Birdman avanza con un efecto asolador que contagia, y, salvando algunas
cuestiones de excesos tal vez instalados por la frenética de su creador,
mantiene expectante y conforme al público. Hay tela para cortar, Iñárritu se encarga de dejarnos retazos
acerca de las figuras del espectáculo, así como también de quienes critican y
analizan las producciones que estos llevan a cabo. Todo con un sarcasmo
disfrutable.
Probablemente sea la mejor obra concebida por el director, algo que queda
para el debate.
LO MEJOR: la dirección. La agilidad del film. Planos secuencias. Actuaciones,
principalmente de Keaton y Norton.
LO PEOR: algunos pequeños excesos innecesarios.
PUNTAJE: 8,4
Concuerdo en todo :)
ResponderEliminarVeremos qué tal le va en los Oscar. Muy buena película realmente
EliminarY el Óscar fue para... :D :D
EliminarY pensé que se lo iban a dar a Boyhood, pero me parece bien que se lo haya llevado Birdman, me gustó mucho y la considero la mejor de las nominadas después de Whiplash. Ambas muy buenas
Eliminar¡Qué ganas de ver esta peli! Me gustó la crítica.
ResponderEliminarGracias, Luciano. Es una cinta diferente de lo que estábamos acostumbrados a ver en Iñárritu.
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