domingo, 1 de febrero de 2015

Birdman - Crítica



Volando alto

La cinta del particular Alejandro González Iñárritu (venerado por muchos y reprobado por otros) ha generado un interesante revuelo desde que se dio a conocer su primer tráiler. La ansiedad comenzó a precipitarse aún más ante las primeras voces que llegaban desde Venecia vaticinando que se trataba de una de las joyas de las que se hablaría largo y tendido en el 2015 (o al menos en el inicio del corriente año). Birdman supone un cambio de registro de parte del director de 21 gramos, conocido por sus films de historias cruzadas. Aquí se vuelca hacia una especie de comedia negra favorecida por una puesta en escena soberbia, a través de la que Iñárritu despliega una buena cantidad de recursos que magnetizan al espectador.
La historia nos remite a Riggan, un actor que ha alcanzado la fama gracias a la personificación de un superhéroe, pero que en la actualidad se encuentra en la lucha por triunfar al mando de una obra teatral en Broadway. El desafío radica en demostrarle a la gente y también (o principalmente) a sí mismo que es capaz de reinventarse y ser reconocido nuevamente desde un personaje o rol distinto al que supo engendrar en su pasado.


Más allá de los conflictos internos de cada uno de los partícipes del relato y de sus miserias, Birdman intenta sacar a la luz un tono burlón, aprovechando el baño de tragicomedia (por decirlo de alguna manera) que se aplica sobre la narración. Es allí donde brillan Michael Keaton y Edward Norton, acompañados con solidez por el resto del reparto (Emma Stone, Naomi Watts, Zach Galifianakis), porque Birdman es además una película de actores y de actuaciones. No es una cinta de risas, sino de un humor irónico, socarrón, de momentos fugaces y ocurrentes incluso adornados por pasajes surrealistas que amplían un poco más la variedad de componentes de los que se vale el realizador de Babel.
Iñárritu acierta cuando se propone presentar los acontecimientos con la difícil tarea que requiere la utilización de planos secuencia (la apariencia de que fuese uno sumamente extenso está impecablemente lograda) que acaban transportándonos de un lado hacia otro, siguiendo a diferentes personajes que desfilan por el interior y por los alrededores del teatro. Esto dota de dinámica y de agilidad a la proyección, ganando puntos en entretenimiento y en enlace.
Birdman avanza con un efecto asolador que contagia, y, salvando algunas cuestiones de excesos tal vez instalados por la frenética de su creador, mantiene expectante y conforme al público. Hay tela para cortar, Iñárritu se encarga de dejarnos retazos acerca de las figuras del espectáculo, así como también de quienes critican y analizan las producciones que estos llevan a cabo. Todo con un sarcasmo disfrutable.
Probablemente sea la mejor obra concebida por el director, algo que queda para el debate.

LO MEJOR: la dirección. La agilidad del film. Planos secuencias. Actuaciones, principalmente de Keaton y Norton.
LO PEOR: algunos pequeños excesos innecesarios.

PUNTAJE: 8,4

6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Veremos qué tal le va en los Oscar. Muy buena película realmente

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    2. Y pensé que se lo iban a dar a Boyhood, pero me parece bien que se lo haya llevado Birdman, me gustó mucho y la considero la mejor de las nominadas después de Whiplash. Ambas muy buenas

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  2. ¡Qué ganas de ver esta peli! Me gustó la crítica.

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    1. Gracias, Luciano. Es una cinta diferente de lo que estábamos acostumbrados a ver en Iñárritu.

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