Triunfo y olvido
El noruego Morten Tyldum es
uno de los principales responsables de que The
Imitation Game acabe dejando una agradable sensación. El otro artífice
(también importante, tanto como el director) destacable en la obra es el
versátil Benedict Cumberbatch. El
actor de la reconocida serie Sherlock
recurre a ciertos modos, en la forma de encarnar a Alan Turing, similares (en
cuanto a la arrogancia) a los del célebre personaje creado por Arthur Conan Doyle.
Algunas voces se encargaron de oponerse a la composición que se hizo sobre la
vida del matemático, remarcando diferencias en estos aspectos de altanería y de
cuestiones personales que se le adjudicaron en la película. Sin embargo, y con
esas licencias, la interpretación del protagonista es uno de los puntos altos
que hacen que el relato salga airoso en el resultado final.
Alan Turing fue famoso por haber descifrado los códigos secretos nazis
contenidos en la máquina Enigma. Esto colaboró con mucha determinación en el
devenir de la Segunda Guerra Mundial en favor de los Aliados. No obstante,
Turing fue acusado por su condición de homosexual, sin llegar a ser distinguido
como realmente hubiese correspondido.
Un buen trabajo de ambientación coopera para que The Imitation Game se perciba más digerible desde lo visual. Lo
mismo ocurre con los eventos que Tyldum
presenta y la forma en que lo realiza. Para ello no necesita caer en golpes
bajos ni tampoco forzar las situaciones. De manera sencilla y con un ritmo tan afable
como llevadero, el film nos va sumergiendo en la personalidad del matemático
británico. La tenacidad que exterioriza es uno de los factores que lo movilizan
en la búsqueda de sus objetivos. El personaje, prácticamente cubierto por una
coraza que opera como mecanismo de defensa en lo que concierne a la
interrelación con las personas y pese a lo solitario y tímido que evidencia
ser, persevera en pos de su misión a fin también de demostrar lo que es capaz
de desarrollar con sus conocimientos. Asimismo, vamos descubriendo diferentes
capas que humanizan a nuestro intérprete central conforme la cinta avanza. Una
de ellas (probablemente la menos impactante), a través de flashbacks que nos
sitúan en la infancia y en la etapa escolar de Turing.
De cara a los Premios Oscar, The
Imitation Game se vale de una buena cantidad de nominaciones que deberá
sortear con dificultades, puesto que existe una competencia fuerte. Un drama
biográfico que en determinados pasajes juega o se disfraza de thriller (aunque no
de un modo convencional), y que entre sus méritos, exprime el hecho de no
olvidar al público por la estructura que adopta para narrar los
acontecimientos.
LO MEJOR: relato llevadero, ameno, interesante. La interpretación de Benedict Cumberbatch. Buen trabajo de Matthew Goode, Keira Knightley y compañía.
LO PEOR: los flashbacks no están del todo aprovechados.
PUNTAJE: 8,3
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