Menos recursos, más tensión
Un poco tarde arriba a los cines argentinos esta propuesta del 2012,
que tiene como guionista y director, en su debut, a Nicholas McCarthy. Una hora y media de metraje que, entre
intermitencias y algunos detalles algo previsibles, acaba dejando un sabor para
nada amargo en el paladar del espectador. Es cierto que desde la trama no hay nada
novedoso que se destaque o marque diferencia respecto de otras películas
encuadradas dentro del terror, pero ¿cuántas historias del género se repiten o permanecen en ese bloqueo
de ideas?
El pacto es un film de bajo presupuesto, pero de esos en los que se nota que
los fondos destinados a la producción son escasos. Lo curioso o interesante en
este tipo de relatos es que, a veces, resultan más tétricos o turbios que proyecciones
acreedoras de una inversión más acaudalada o poderosa.
Annie y Nicole son hermanas y vuelven a la casa donde transitaron su
infancia para asistir al funeral de su madre. Una de ellas llega primero al
lugar, presintiendo eventos bastante inquietantes y misteriosos; la otra se
presenta luego. El problema se da cuando esta última nota que su hermana ha
desaparecido, por lo que intentará encontrarla, pese a la serie de sucesos que
le pueda tocar experimentar.
Existen al menos dos formas de analizar la cinta: una de ellas es
desde lo que refleja y expone en pantalla como narración en sí misma, con la
correspondiente mirada acerca de cómo y por qué se dan determinadas
situaciones, con todo lo que remite al apartado técnico y a movimientos de
cámara, planos y demás; la otra alternativa radica en su estudio en parangón
con obras de mucho mayor presupuesto y aparato promocional. En este último aspecto
es donde la realización de McCarthy se
gana unos puntos extra, al demostrar que con pocos requerimientos se puede al
fin y al cabo infundir suspenso y hacer saltar al público una aceptable
cantidad de veces de su butaca. ¿De qué sirve valerse de grandes efectos y
maquillajes minuciosamente aplicados si los acontecimientos no nos suscitan
temor? Aquí, en El pacto, las
impresiones visuales de gran calibre se suplen con unos bien dosificados
momentos de tensión. El director sabe manejar los silencios y el tiempo a la
hora de alargar unos segundos más algunas que otras secuencias para crear una
atmósfera tirante.
El pacto no es una obra maestra ni mucho menos. Tampoco es que sea una
película digna de recordar por algún pasaje en particular, pero sirve de
ejemplo para demostrar que con poco se pueden conseguir interesantes
resultados. Nada tiene por envidiarle a producciones más costosas como Devil’s Due o Actividad Paranormal: Los marcados, por citar dos casos más o menos
recientes; por el contrario, se siente superior y más convincente.
LO MEJOR: genera tensión. Buen manejo del suspenso. Con poco presupuesto sale a
flote.
LO PEOR: previsible, intermitente. No aporta nada nuevo.
PUNTAJE: 5,5
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