Espías, acción y humor
¿Parodia? ¿Homenaje? En Kingsman:
El Servicio Secreto hay un poco de todo, aunque lo que más se percibe, en
relación a los dos términos mencionados al principio, es una especie de
cortesía u honra a aquello que califica como cine de espionaje. Matthew Vaughn, reconocido
principalmente por X-Men: First Class
y por la feroz y desprejuiciada Kick-Ass,
sorprende al entregarnos una película en la que uno de sus mejores méritos
radica en el entretenimiento constante a lo largo de sus más de dos horas de
metraje. Una exhibición que mezcla con éxito y ritmo las secuencias de acción y
de humor.
Colin Firth vuelve a brillar en la piel de un agente secreto que recomienda a un
joven (Taron Egerton de gran
actuación y carisma) de cara a un competitivo y riesgoso programa de
entrenamiento. Esto se da mientras surge una amenaza global proveniente de la
mente maquiavélica de un excéntrico millonario (Samuel L. Jackson).
Más allá de algunas que otras exageraciones dentro de los acontecimientos
que se exponen durante la narración, Kingsman
cumple con su cometido y no decae un solo minuto, sujetando fuerte al
espectador a la butaca a base de momentos dotados tanto de adrenalina como de
socarronería. Si bien se esmera en resaltar el sello y el estilo británico
asociado a los modales y a la caballerosidad, el film no escatima a la hora de
construir y volcar sucesos en donde la violencia, agitada, ocupa espacios
diversos (similares aunque menos salvajes que en Kick-Ass). Es aquí donde se anota unos puntos extra: las escenas de
acción están rodadas con una agilidad tal que conquista y exalta al público. La
variedad de planos y movimientos de cámara ante cada impacto, golpe, explosión
o disparo, le añade una pizca más sabrosa y poderosa de desenfreno al asunto.
Kingsman: El Servicio Secreto oficia como thriller y comedia (en circunstancias
irónica, negra) a la vez. El tinte humorístico con el que Vaughn baña al relato funciona favorablemente, sobre todo si se
cuenta con los intérpretes necesarios para llevarlo a cabo. En ese aspecto, Samuel L. Jackson es uno de los
responsables centrales de conseguir que lo gracioso salga a flote con creces,
al componer un villano estrafalario, singular y por el que también el espectador
pueda sentir simpatía. Lo acompaña, en el flanco de los malos, Sofia Boutella. No se puede pasar por
alto la mención al trabajo impecable y entrañable que realiza Colin Firth, así como tampoco se puede
evadir la sorpresiva aparición de Taron
Egerton.
Es cierto que determinadas secuencias (pocas) se tornan levemente
previsibles, pero en Kingsman la
diversión no se negocia y se pasa de una situación a otra sin intermitencia
alguna, hecho que indiscutiblemente influye de manera positiva en el score
final de la película.
LO MEJOR: gran homenaje al cine de espías (mezcla James Bond con el costado humorístico de Austin Powers). El reparto y las actuaciones. El ritmo, las
secuencias de acción y lo peculiar de cada personaje.
LO PEOR: en pequeños pasajes es previsible y tal vez algo más exagerada de lo
aceptable.
PUNTAJE: 8,5
Interesante! Me gusta la frescura con la que dirige Matthew Vaughn, y también la forma de plasmar la acción en la pantalla. Saludos
ResponderEliminarNo te la pierdas. Las escenas de acción están muy bien montadas. Vaughn viene cumpliendo con creces
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