Sátira al extremo
Vale aclarar que David Cronenberg es un director que a lo
largo de su filmografía, más allá de las aguas que haya dividido entre los gustos
de cada espectador, ha demostrado ser un artista diferente y único por su osado
estilo. Aquí, en Polvo de estrellas,
parece quedar más cerca de la poco aceptada Cosmopolis,
alejándose una vez más de aquellos variados y peculiares buenos trabajos que
supo concebir en tiempo pasado.
El canadiense expone una obra
despiadada, mordaz y a la vez intermitente. Su pulso para manejar las escenas cuenta
con una elevada dosis de imprevisibilidad, se trata de instancias en las que
cualquier cosa puede acontecer. Una comedia negra, o más bien un intento de
ello, que no causa gracia alguna ni invita a la risa, que utiliza como base lo
satírico en sus formas más brutales, sexuales, perversas y hasta escatológicas.
Todo es llevado a los extremos más retorcidos posibles; el fin es desnudar
sarcásticamente las miserias, los excesos, las inseguridades y los demonios
internos de las figuras de la meca del cine, ¿pero a qué precio?
Lo exagerado suele tener sus
aspectos jugosos, y mayor resultado de ello se saca cuando se dosifica
correctamente o se mesura, de cierta forma, lo desmesurado. Sin embargo, cuando
lo desmedido se repite y crece desenfrenadamente traspasando la barrera de lo
que puede tomarse como aceptable, la fuerza de enlace se diluye, pierde
interés.
Por otra parte, uno de los puntos
favorables del film radica en un reparto de ensueño en donde cada uno de los
intérpretes redondean una más que aceptable actuación. Julianne Moore compone a una neurótica actriz de manera
desquiciada. El jovencito Evan Bird
resulta una de las sorpresas, mientras que Mia
Wasikowska lleva a cabo otra gran performance conservando su siempre
particular costado intrigante y magnético. John
Cusack, Robert Pattinson y Olivia Williams, si bien cuentan con menos
participación que el resto, cumplen.
Polvo de
estrellas es un relato de obsesiones a cualquier costo, de trastornos, de
bipolaridad. Cronenberg nos sumerge
en el universo hollywoodense señalando y enfatizando, en sus determinaciones,
sobre lo malsano, desequilibrado y morboso de quienes forman parte de la
industria. Allí no todo lo que brilla es oro, algo que curiosamente también es
aplicable a su director en relación con este producto. Así como es acertado
enunciar que las celebridades que observamos en la historia no se sienten
netamente realizadas incluso con su holgada situación económica, de igual modo
pasa, pero en términos de logros, con el canadiense; no necesariamente por ser
acreedor de una gran cantidad de brillantes obras de culto, significa que todo
lo que haga siempre vaya a ser bueno.
LO MEJOR: las actuaciones.
LO PEOR: suena forzada en su desmedido afán
de imponer la sátira. Fallida.
PUNTAJE: 3
En esta ocasión no estoy de acuerdo contigo, excepto en que las actuaciones son buenas. Me pareció bastante más que estupenda.
ResponderEliminarMe gustan las películas que apelan a la sátira, pero no de este modo, para mi gusto forzado y desmedido sin necesidad. Estuve viendo que ha recibido valoraciones mayoritariamente positivas, así que esta vez me ubico en la minoría de los que no la disfrutó.
EliminarOye, ¿y viste "El niño que grito puta"? Me parece más que genial, pero parece que a nadie le gustó. Es vieja ya.
EliminarLa conozco porque creo que fue la ópera prima de Campanella, pero no la pude conseguir, es una de mis cuentas pendientes...
EliminarTe la recomiendo mucho.
EliminarTengo un problema con las películas de Cronenberg, están excelentemente realizadas, pero no me enganchan las temáticas que abordan o quizas las formas. Cuestión de gustos.
ResponderEliminarTiene de todo un poco en su filmografía, siempre con un estilo muy peculiar. Acá lo sentí forzado, como comentaba antes
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