Despertando al gigante dormido
Llegó el momento de resurgir, de ir al grano y de convocar a la
acción. Peter Jackson se despabila al
fin y le pone mucho empuje a esta segunda entrega de El Hobbit.
La siesta llegó a su término, no hay más lugar para bostezos. Aquel
manso preámbulo presenciado en la primera edición quedó en el olvido. Se acabaron
los cánticos, el culto en demasía a los extraordinarios paisajes y los diálogos
extensos. Lo que en Un viaje inesperado
desbordaba, de a ratos, de cierta lentitud en su transcurso, es reemplazado por
pasadizos de un ritmo mayor, en donde la adrenalina y la tensión ayudan a
construir todo lo que se necesita para hacer de La desolación de Smaug una aventura más que disfrutable.
En esta oportunidad, Gandalf, Bilbo y los trece enanos emprenden
camino hacia la Montaña Solitaria, la cual se encuentra bajo la protección del
inmenso dragón Smaug. El objetivo radica en que Thorin pueda recuperar el
reinado. Elfos, una banda inconmensurable de orcos y una serie de complicaciones
se contraponen en el andar de nuestros protagonistas.
Nuevamente los planos y recursos técnicos vuelven a estar a la orden
del día como elementos destacados (brillante y súper dinámica sucesión en la
escena de la fuga en barriles), combinados a la perfección con enfrentamientos llenos
de entusiasmo y energía, dignos de deleite visual. Además, Peter Jackson embelesa la narración añadiendo ingeniosamente
pequeñas subtramas de diferentes personajes que, aunque aisladas, se conectan
de una forma u otra con la historia y hazaña principal.
En El Hobbit: La desolación de Smaug,
todo es sinónimo de desvelo y renacimiento, dos gigantes dormidos despiertan para
confort y satisfacción del espectador: uno, tiene que ver con el
despabilamiento del enorme dragón; el otro, con el rebrote de la trilogía
gracias al fervor y vigor propio de la película.
LO MEJOR: supera ampliamente a la primera. Menos diálogos y más acción. Escenas
muy dinámicas de pelea. De impecable factura técnica. Smaug, impresionante por
donde se lo mire.
LO PEOR: dura más de dos horas y media.
PUNTAJE: 8
La escena de la fuga en barriles es perfecta, :D
ResponderEliminarNo tiene desperdicio alguno, con un par de planos secuencias muy rítmicos, excelente.
EliminarLos barriles, sin duda, lo mejor ¡Y vaya fotografía! El caso es que se han comido medio libro con esta segunda entrega...a ver de donde sacan para la próxima.
ResponderEliminarLo de la duración, la verdad es que podían haberla reducido un pelín en el tramo final, pero a mi no se me hizo larga, cosa que si me ocurrió con al anterior.
Totalmente acertada la crítica.
Terrible fotografía! Es verdad, el libro es chico, pero Peter Jackson se las ingeniará-
EliminarLa primera se siente mucho más larga, es bastante lenta en algunas partes y le sobran escenas como las de los cánticos en lo de Bilbo.
Saludos, gracias por comentar!