Niño de titanio
Neill Blomkamp introduce por tercera vez al espectador en un futuro distópico,
repitiéndose un poco en el universo que crea en pantalla, inclusive con una
puesta en escena del mismo tipo y de igual atmósfera que en District 9 y Elysium, sus obras precedentes. De todos modos, el sudafricano nos
cuenta una historia en la que el entretenimiento se pronuncia siempre como factor
distintivo, casi sin intermitencias.
El director se vale de la presencia de su actor fetiche, Sharlto Copley, a quien esta vez le toca
ponerse en la piel de Chappie, un robot diferente por su cualidad de aprender y
de sentir. Un caso excepcional que acaba siendo apropiado por un grupo de
criminales durante su creación. El “niño” de titanio se nutre de lo que van
enseñando, adoptando y reiterando conductas y frases que le vayan inculcando en
ese proceso de aprendizaje acelerado.
Lo interesante del relato radica en lo que puede llegar a acontecer si
un androide que debería utilizarse para cumplir tareas policiales (como el
resto de los robots que se observan en el film) cae en manos de un conjunto de
sujetos con fines totalmente contrarios. Las cosas adquieren un nivel de
complicación mayor si le sumamos el aspecto que implica el empleo de la
inteligencia artificial propia de Chappie y las situaciones opuestas que va
sorteando en el camino.
Blomkamp incursiona nuevamente en lo político, en lo social y en los roles de
quienes ocupan posiciones de mayor poder. El realizador tampoco se olvida de lo
meramente emotivo y aprovecha el crecimiento cognitivo y de valores de su
protagonista para regalarnos algunos momentos en los que las sensaciones se
mueven entre la impotencia y la sensibilidad en relación a lo que le toca
experimentar a un robot que deja entrever su inocencia de la misma manera que genera
empatía y enternece.
La película se muestra agradable en prácticamente cada pasaje de sus
120 minutos de duración. Entretiene también gracias a una fotografía al
servicio de los filtros cálidos propios de los exteriores, siendo éste otro
elemento que ya se había visto en las proyecciones anteriores de Blomkamp. Mención aparte a la música de Hans Zimmer, ese excelente compositor
alemán que tanto sobresalió e impresionó en muchas obras dirigidas por Christopher Nolan.
Sin trascender aunque con un desenlace curiosamente interesante, Chappie se hace sumamente digerible y
llevadera. El peso de las dos horas de metraje no se siente en esta enérgica
entrega que fusiona thriller, ficción, emotividad y acción.
LO MEJOR: el entretenimiento que ofrece, casi sin irregularidades. La historia,
entusiasma y conmueve.
LO PEOR: queda la sensación de que Blomkamp
se repite un poco.
PUNTAJE: 7,5
¡Buena crítica! Estuve bastante de acuerdo con tus comentarios, y en general le puse una calificación similar. Me gustó un poquito más Ex-Machina, que tiene una temática parecida (en parte).
ResponderEliminarGracias, Luciano.
EliminarA mí también me gustó un poco más 'Ex Machina', que de hecho tiene diálogos muy interesantes y es más oscura
Parece buena! Me gusta el diseño del robot, y la estética que el director le da a sus películas. Saludos
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