La puerta indiscreta
Una propuesta tan distinta como arriesgada, intensa y extraña, con la
particularidad de no dejar indiferente al espectador, independientemente de que
lo conquiste o no.
Being John Malkovich es una comedia fantástica, en ambos sentidos de la palabra: desde el
surrealismo y el costado que merodea la ficción y desde lo interesante y
atractiva que resulta. Spike Jonze saca
a relucir su producto envuelto en una enredadera creativa capaz de hipnotizar y
a la vez confundir, a base de cuestiones insólitas, irreales y apelando a un
humor absurdo pero apreciable y bien concebido.
John Cusack encarna de modo muy natural y creíble a un titiritero talentoso, cuyo
arte callejero nunca logra dar el salto de calidad que lo catapulte hacia un
negocio rentable en su rubro. Empujado por su mujer (una afeada Cameron Diaz), obtiene empleo en una
suerte de antro ubicado en el piso 7 y medio de un edificio. Allí descubre
(además de a una sugerente Catherine
Keener) un pequeño compartimento que opera como un túnel transportador
hacia la mente de John Malkovich, lo
que le permite visualizar las cosas a partir de sus ojos.
La película es una clara de muestra de cómo, pese a su excentricidad y
a lo remoto de los acontecimientos, abordar asuntos que hacen al pensamiento
del ser humano. Dentro de ellos encontramos el deseo, la ruptura, el engaño, la
desazón por el fracaso y la desilusión, pero por sobre todas las cosas, la
sensación de exteriorizar a través de otro lo que uno advierte que no puede alcanzar
por cuenta propia.
Con unos cuarenta minutos iniciales envolventes, Being John Malkovich acapara nuestra atención trasladándonos espontáneamente a la experimentación de estados magnéticos, casi de la misma forma en que sus personajes se introducen en ese portal dentro
del que vuelcan todas sus desinhibiciones inconscientes, sexuales y
proyectuales. Todo aquel universo ilusorio y algo retorcido que crea Jonze cuenta con el infortunio de sufrir
algunos parates en lo que concierne al desarrollo de la proyección, desenlazándonos
brevemente, pero luego resurgiendo gracias a unos sugestivos virajes
argumentales que terminan redondeando una más que estimable obra.
LO MEJOR: el ingenio para idear y sumergir al espectador en un mundo tan
estrambótico. Las actuaciones, convencen todas. Un producto distinto. El tipo
de humor aplicado funciona.
LO PEOR: parece plancharse un poco y resultar, por momentos, que pierde el
rumbo o eje.
PUNTAJE: 7,6
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